El Instituto Superior de la Danza Alicia Alonso (ISDAA) emite este comunicado en relación con las recientes informaciones publicadas en la prensa sobre la condena, por acoso a un profesor, del Grado de Artes Visuales y Danza, titulación que imparten y gestionan conjuntamente la Universidad Rey Juan Carlos y el Instituto Superior de Danza “Alicia Alonso” (institución sin ánimo de lucro declarada de interés general) en el marco de un servicio público a la educación. Según Sentencia de la Audiencia Provincial pendiente de Resolución por el Tribunal Supremo de fecha 30 de marzo de 2023 los hechos acaecidos tuvieron lugar entre 2014 y febrero de 2017 o sea hace seis años, período en el que no existía ninguna dependencia laboral de este profesor ni con el Instituto Superior de Danza “Alicia Alonso” ni con la Universidad Rey Juan Carlos, ya que formaba parte de la plantilla de la Escuela de Circo Carampa de la Asociación de Malabaristas, que tenía las competencias delegadas de prácticas mediante la suscripción de un convenio de colaboración de fecha 20 de octubre de 2014. Fue en este lugar donde se denunciaron y ocurrieron los hechos juzgados corroborado en declaración de la Jefa de Estudios, donde además aparece consignado que ni el Instituto ni la universidad fueron notificados del despido de este profesor y por ende, tampoco de sus causas.
Nunca las actividades relacionadas con las prácticas circenses se han podido realizar íntegramente en el Campus de Fuenlabrada como han dicho a los medios de prensa, ni antes ni ahora. En los años referidos en la Sentencia, las actividades de prácticas circenses estaban delegadas en la Escuela de Circo Carampa de la Asociación de Malabaristas, por falta de adecuación de las instalaciones de la universidad, tal como se recoge en la declaración de la Jefa de Estudios de la mencionada escuela que se encargaba de la coordinación de la Mención de Danzas Acrobáticas y Técnicas Circenses.
Por esta razón, durante los años a que se refiere la Sentencia de la Audiencia Provincial pendiente de resolución por el Tribunal Supremo, por razones técnicas de seguridad de los estudiantes, teniendo en cuenta que la universidad no tenía en su Campus instalaciones con la seguridad adecuada para las prácticas circenses, una parte importante de la docencia, como ya hemos señalado, se delegó en la Escuela de Circo Carampa que aportaba para estos fines sus infraestructuras y su profesorado, encargándose a su vez de la organización y supervisión de todas las actividades académicas prácticas de la referida mención. Esto es, entrenamientos de las prácticas circenses, así como otros cursos, seminarios y conferencias que los estudiantes matriculaban en dicha escuela como alumnos de ella, al margen de su formación de grado para acreditar la obtención de créditos de libre elección que necesariamente tenían que superar para la obtención del título.
La dirección del Instituto ha desarrollado una investigación reservada, por lo que en ningún momento ha facilitado información a ningún medio, acerca de los hechos que eran objeto de investigación interna y judicializados por su naturaleza estrictamente confidencial. Es un deber de todas las instituciones durante un procedimiento de estas características preservar la identidad de todas las partes por igual, garantizando el cumplimiento de sus derechos fundamentales recogidos en la Constitución Española como son: la presunción de inocencia y el derecho a la defensa, un proceso que se ha llevado a cabo siguiendo los principios jurídicos de contradicción e imparcialidad.
El profesor en cuestión es contratado en 2020 por la Universidad Rey Juan Carlos, y tras darse por finalizados sus vínculos con esta Institución, a la que se había vinculado mediante un procedimiento de urgencia, junto con otros profesores de Carampa para impartir docencia en el curso 2020/2021, paralizado por mandato judicial. Significativo resulta que en este período también y para los mismos fue contratada la Jefa de Estudios de Carampa y otros de sus antiguos compañeros de la mencionada escuela. Sin embargo, no consta que hayan realizado denuncia alguna durante su permanencia en la universidad.
A finales de noviembre de este mismo año solicitó ser contratado por el Instituto Superior de Danza “Alicia Alonso” y, constatamos posteriormente, que no había existido denuncia alguna en ese momento, ni en vía administrativa ni judicial. No poseía antecedentes penales ni tampoco estaba fichado en el registro de delincuentes sexuales. Según la declaración policial de la Jefa de Estudios de la Escuela de Circo Carampa, a la que ha tenido acceso la Comisión del Instituto durante la investigación, está claro que los hechos fueron investigados en dicho centro y que los resultados se refieren únicamente a alumnos de la misma.
Ni la Universidad Rey Juan Carlos ni el Instituto Superior de Danza “Alicia Alonso” fueron informados del despido de este profesor y por ende, como ya hemos señalado al inicio, tampoco de sus causas. Aunque en esta declaración se dice que fue expulsado, posteriormente en declaraciones a la prensa habla de salida negociada. Se desconocen cuáles fueron los términos de esta negociación de la que tampoco se puso en conocimiento a las instituciones académicas.
Asimismo, podemos afirmar categóricamente que ninguna estudiante se acercó a la dirección ni de la universidad ni del Instituto a denunciar ningún hecho relacionado con el profesor en cuestión y que todo se desarrolló en el ámbito organizativo de la Escuela de Circo Carampa. Según la denunciante le pidieron a ella y sus compañeras “discreción con este asunto”. Algo que, de ser cierto, sólo pudo partir de la Escuela de Circo Carampa que fue a la que se dirigió en todo momento. Nunca, ni la URJC ni el ISDAA tuvieron conocimiento de su denuncia. Consta que la mencionada escuela incumplió con su deber de denunciar y de prevención previsto en la legislación laboral y en el código civil. Tras conocer el fallo de primera instancia, intentó denunciar, seis años después, cuando los hechos habían prescrito, según el Juzgado de Instrucción no. 5 de Fuenlabrada.
En este marco, conviene reiterar que la política de nuestro Centro respecto al acoso y los abusos es de tolerancia cero y que existen medidas permanentemente activadas para prevenir este tipo de conductas y por ello es preciso aclarar lo siguiente:
El Instituto Superior de Danza “Alicia Alonso”, no tuvo conocimiento de las sentencias dictadas por los tribunales contra el profesor objeto de la polémica hasta el día 3 de mayo de 2023 cuando la Comisión Anti-Acoso de la Universidad Rey Juan Carlos traslada el expediente 8/2023 que contenía algunos documentos relacionados con el caso y la sentencia.
No obstante, inmediatamente después de tomar conocimiento de los hechos, el día 4 de mayo pasado, se activó el protocolo previsto en nuestro reglamento con la apertura de un expediente informativo, paso previo al inicio de un expediente sancionador, si procede.
La universidad conoció la Sentencia de Primera Instancia en el mes de febrero y, aunque estaba obligada a compartirla con los órganos que procedieran del Instituto Superior de Danza “Alicia Alonso”, a pesar de la recomendación del Defensor Universitario de informar, no lo hizo. Su falta de diligencia durante tres meses le llevó a incumplir su deber de prevención, impidiendo, la activación del protocolo de prevención, según lo previsto en la legislación laboral, ante supuestos hechos que podían resultar graves. Afortunadamente, gracias a las medidas permanentes del Instituto, se ha podido demostrar que no se han producido conductas impropias en las instalaciones de la universidad.
Tras recibir la información de la URJC, en menos de 24 horas se tomaron medidas preventivas urgentes, se reforzaron todos los protocolos existentes, aquellas medidas previstas en el Reglamento Interno del Instituto respecto a la protección de las presuntas víctimas y, preservar los intereses académicos de los estudiantes, adoptando las siguientes medidas:
Se procedió de inmediato al cierre de las evaluaciones continuas llevadas a cabo por el profesor y se designó un tribunal académico para consensuar los resultados con el resto de profesores con los que compartía disciplinas, antes de la publicación definitiva de las actas de calificaciones, garantizando, además, los procesos de reclamación de calificaciones. Asimismo, se dictaminó, finalizadas las evaluaciones, la suspensión de servicios del profesor el 31 de mayo.
De la misma manera, se alertó al coordinador de la Mención de Danzas Acrobáticas y Técnicas Circenses, para que reforzara las medidas de vigilancia en las actividades concernientes a este profesor y que en ningún momento permaneciera a solas con los estudiantes.
Más adelante, a través de la investigación llevada a cabo por la comisión delegada del Consejo de Dirección, quedó descartado que desde el inicio de su actividad docente a finales de 2020, se hubieran podido estar produciendo situaciones anómalas por parte del mismo. Cuestión poco probable ya que el espacio donde se imparten las clases es diáfano y compartido por cuatro o cinco docentes que trabajan las diferentes especialidades simultáneamente en el mismo lugar y con la asistencia de una media de treinta estudiantes. En consecuencia, es prácticamente imposible que se puedan dar situaciones de mal uso de la metodología o de conductas inapropiadas sin que sean observadas por otras personas y denunciadas, lo que no ha ocurrido hasta el momento. No obstante, se determinó, además, la exclusión de este profesor de los tribunales de trabajos de Fin de Grado.
Las medidas de alerta permanentes del ISDAA incluyen a la profesora de flexibilidad de la mención de danzas acrobáticas y circenses en su condición de Oficial de Salvaguarda de la Federación Andaluza de Gimnasia para la protección y prevención de conductas acosadoras o abusos sexuales. Por su experiencia contrastada como deportista de élite, tanto desde la jerarquía como entre iguales. La docente ha destacado en su informe que no existen indicios de mala praxis o de comportamientos inapropiados que hicieran presumir alguna sospecha en este sentido, durante su actividad en el ISDAA.
También se pudo constatar que durante la prestación de servicios del profesor en el Instituto de Danza “Alicia Alonso” desde noviembre de 2020, nunca se han reproducido los hechos denunciados ocurridos en el ámbito organizativo de la Escuela de Circo Carampa en el período en que ejercía como docente de ese centro, desde finales de 2014 a febrero de 2017. Este extremo se pudo corroborar en el transcurso del Consejo de Dirección ampliado, donde participaron, delegada y subdelega de titulación, así como representantes seleccionados por los estudiantes de cada una de las cinco menciones del título, éstos manifestaron que nunca se habían producido situaciones ni de acoso ni de abuso y tampoco indicios de conductas inapropiadas por parte del profesor.
Según información del Defensor Universitario, la Comisión Anti-Acoso, la administración universitaria no podía entrar a conocer hechos que se encontraban en vía judicial y que debía suspenderse de inmediato cualquier procedimiento en vía administrativa, tal como refleja el artículo 16.6 del Protocolo Anti-Acoso de la URJC. No sabemos porque se inició y continuo la instrucción por parte de la universidad del expediente 8/2023 que nos remitieron, además, con tres meses de retraso.
El Instituto Superior de Danza “Alicia Alonso” no descarta emprender nuevas acciones legales contra terceros.
Equipo de Prensa